TRANSICIONES
Las personas con autismo prefieren la previsibilidad y unas rutinas estructuradas, porque así saben qué esperar. No hay imprevistos ni cambios inesperados y, por lo tanto, pueden sentirse tranquilas.
Ana María Domínguez - Zaira Rodríguez
5/18/2025
Analiza con nosotras las transiciones de una rutina hipotética, pero habitual, en la vida de un niño con trastorno del espectro autista. Esperamos que descubras la importancia de ciertas estrategias para mejorar su día a día.
Y por supuesto, en estos escenarios ocurren 2, 3 o más crisis. ¿Por qué?
El niño…
Debe parar de hacer algo que le gusta en un lugar donde está cómodo para hacer algo que no le gusta en otro lugar, posiblemente con más sobrecarga sensorial que le molesta.
O debe dejar un ambiente amigable con él para desplazarse a otro que lo incomoda.
O puede estar en el mismo lugar, en el mismo ambiente, pero cambiar de actividad, lo cual significa que debe cambiar su atención y fijarla en otro objetivo completamente diferente.
Todo esto pasa sin previo aviso, ignorando cualquier rutina, sin explicar a su manera en cuánto tiempo se va a llevar a cabo, causando ansiedad, estrés y sobreestimulación.
Ahora pensemos si hacen falta estas estrategias:
Los horarios visuales (para repasar las diferentes actividades de la jornada escolar).
Los tableros de opciones (para que él elija por cuál sección empezar a hacer las compras).
El tablero antes y después (para explicar que después del colegio irán al supermercado).
El temporizador (para indicar en cuánto tiempo irán a dormir).
Reflexionemos sobre la importancia de estas estrategias durante las transiciones de nuestros hijos: si bien nos van a tomar 2 o 5 minutos más de tiempo, también nos van a generar espacios en familia más tranquilos y disminuirán el estrés en nuestros pequeños.
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